En general, la terapia familiar en psicología busca promover la comunicación, la resolución de conflictos y la construcción de relaciones más saludables dentro del sistema familiar. Es importante encontrar un terapeuta especializado en terapia familiar para obtener los mejores resultados.  Generalmente, las familias acuden a terapia familiar para solventar dificultades como: conflictos familiares, problemas de comunicación o crisis producidas por causas diversas.

Conflictos familiares

El conflicto familiar se define como cualquier disputa, desacuerdo o problema que surge entre los miembros de una familia. Estos conflictos pueden ser de diferentes tipos, dependiendo de la naturaleza del problema y las personas involucradas. Algunos ejemplos de conflictos familiares comunes incluyen la falta de comunicación, diferencias en valores o creencias, problemas de convivencia, conflictos generacionales, problemas de pareja, disputas por herencias, entre otros.

Estos conflictos pueden causar tensiones y problemas en la dinámica familiar y manifestarse de diversas formas como: discusiones constantes, malentendidos, falta de tolerancia, agresión verbal o física, emociones negativas como la tristeza o la frustración.

Es importante tener en cuenta que los conflictos familiares son parte natural de las relaciones familiares y no siempre implican un problema grave. Sin embargo, en ciertas situaciones o bajo circunstancias específicas, puede ser útil acudir a un psicólogo para ayudar a manejar y resolver los conflictos de manera saludable. Algunas situaciones en las que podría ser recomendable acudir a un psicólogo incluyen:

  • Cuando el conflicto afecta negativamente la convivencia en el hogar y genera un ambiente tóxico para todos los miembros de la familia.
  • Cuando los miembros de la familia no pueden resolver el conflicto por sí solos y se sienten estancados en la situación.
  • Cuando la situación afecta la salud mental y emocional de alguno de los miembros de la familia.
  • Cuando existen problemas de violencia o abuso dentro del hogar.
  • Cuando se requiere de mediación profesional para facilitar la comunicación y el entendimiento entre los miembros de la familia.

     

En estos casos, un psicólogo puede ayudar a identificar las causas subyacentes del conflicto, mejorar la comunicación entre los miembros de la familia, promover la resolución de problemas de manera constructiva y brindar estrategias.

Problemas de comunicación

Los problemas de comunicación en el ámbito familiar se refieren a dificultades en la forma en que los miembros de la familia se expresan, escuchan y comprenden entre sí. Estos problemas pueden surgir por diversas razones como falta de habilidades comunicativas, malentendidos, conflictos no resueltos, diferencias en los estilos de comunicación, etc.

Algunos tipos de problemas de comunicación en el ámbito familiar incluyen:

1. Falta de comunicación: Cuando los miembros de la familia no se comunican de manera abierta, clara y sincera, pueden surgir malentendidos, resentimientos y conflictos.

2. Comunicación agresiva: Cuando la comunicación se realiza de manera agresiva, con gritos, insultos o descalificaciones.

3. Comunicación pasiva: Cuando los miembros de la familia evitan expresar sus sentimientos, opiniones o necesidades, pueden surgir problemas de falta de claridad y resolución de conflictos.

4. Comunicación manipulativa: Cuando los miembros de la familia utilizan la comunicación de forma manipulativa para controlar o influir en los demás, puede generarse desconfianza y relaciones poco saludables.

En situaciones en las que existan problemas de comunicación en el ámbito familiar y estos afecten la convivencia, la relación y el bienestar de los miembros de la familia, puede ser útil acudir a un psicólogo familiar. El psicólogo puede ayudar a identificar las causas de los problemas de comunicación, facilitar la expresión y comprensión de emociones, mejorar las habilidades comunicativas y promover la resolución de conflictos de manera constructiva. Además, el psicólogo puede trabajar con la familia para mejorar la cohesión, el entendimiento mutuo y la calidad de las relaciones familiares. En definitiva, la intervención psicológica puede contribuir a restablecer la armonía y el bienestar en la familia.

Crisis familiares

La crisis familiar se define como un momento de tensión y conflicto dentro de una familia, que puede poner en peligro la estabilidad emocional y funcional de sus miembros. Existen diferentes tipos de crisis familiares, entre las que destacan:

1. Crisis estructural: Se produce cuando surgen cambios significativos en la estructura familiar, como la llegada de un nuevo miembro, la separación de los padres o la muerte de un familiar. Estos cambios pueden alterar la dinámica familiar y requerir un ajuste por parte de todos los miembros.

2. Crisis de desarrollo: Ocurren en momentos de transición en la vida de la familia, como la adolescencia de los hijos o la jubilación de los padres. Estas situaciones pueden generar conflictos y desafíos que requieren ser superados para mantener la armonía familiar.

3. Crisis situacional: Se producen como respuesta a situaciones estresantes o traumáticas, como pérdidas, enfermedades, desastres naturales o problemas económicos. Estas crisis pueden desestabilizar emocionalmente a los miembros de la familia y requerir intervención para superarlas.

Las crisis familiares se manifiestan de diferentes formas, como discusiones entre los miembros, cambios en el comportamiento, dificultades en la comunicación, desinterés en las actividades familiares o problemas de salud mental como depresión o trastornos ansiosos. Ante la presencia de estas circunstancias, puede ser útil acudir a un psicólogo familiar para recibir apoyo y orientación.

El psicólogo puede ayudar a identificar las causas de la crisis familiar, entender las necesidades de cada miembro y facilitar la comunicación y el entendimiento mutuo. Además, puede ofrecer estrategias para manejar el estrés, mejorar la resolución de conflictos y fortalecer los lazos familiares. En situaciones de crisis intensas o prolongadas, la intervención profesional puede ser fundamental para restablecer la estabilidad y promover el bienestar de la familia.

En nuestra consulta en Palma, trabajamos con distintas aproximaciones a la terapia familiar para ayudaros: mediante terapia cognitivo-conductual, terapia narrativa y terapia sistémica familiar. La terapia aplicada se escoge en función de la problemática presentada y las características de los miembros de la familia.

La terapia cognitivo-conductual familiar se enfoca en identificar creencias y pensamientos negativos, así como comportamientos des adaptativos que contribuyen a los problemas familiares. Por su parte, la terapia narrativa familiar se centra en la forma en que la familia construye y narra su historia, a través de la cual se pueden identificar conflictos y posibles soluciones. Finalmente, en la terapia sistémica familiar, el terapeuta trabaja con la familia como un sistema en el que cada miembro tiene un papel y una influencia en la dinámica global. Se busca identificar y abordar los patrones de interacción disfuncionales, así como promover la comunicación saludable, el establecimiento de límites claros, la resolución de conflictos de manera constructiva y la promoción de la cohesión familiar.