Terapia de pareja
La terapia de pareja es un tipo de intervención psicológica destinada a mejorar la comunicación y la relación entre dos personas que se encuentran en una relación de pareja. Consiste en un proceso de tratamiento en el que ambos miembros de la pareja trabajan junto a un terapeuta para identificar y abordar problemas que puedan estar afectando su relación. Si tu pareja y tú estáis experimentando problemas en vuestra relación, podemos ayudaros a comunicaros mejor y a resolver vuestros conflictos.
Una sesión de terapia de pareja generalmente comienza con una evaluación de la situación por parte del psicólogo, quien escucha a ambas partes, de forma imparcial, para comprender sus perspectivas y preocupaciones. El psicólogo os ayudará a identificar los problemas en la relación y a explorar formas constructivas de abordarlos.
En este sentido, el psicólogo actúa como mediador y facilitador de la comunicación entre la pareja, ayudándoos a expresar vuestros sentimientos y necesidades de manera efectiva. También os puede proporcionar herramientas y técnicas para mejorar la comunicación, resolver conflictos y construir una relación más saludable.
Es recomendable acudir a terapia de pareja cuando se perciben dificultades en la relación que no pueden ser resueltas de forma autónoma, como problemas de comunicación, conflictos recurrentes, falta de intimidad, desconfianza, infidelidades, dificultades en las relaciones sexuales, entre otros. También puede ser útil para algunas parejas acudir a terapia como medida preventiva, para fortalecer la relación y prevenir posibles conflictos en el futuro.
La pareja, desde la psicología sistémica, se define como un sistema interdependiente donde cada miembro influye y es influenciado por el otro. Se entiende que los problemas en la relación de pareja se originan en las interacciones y dinámicas que se establecen entre ambos miembros.
Los problemas en la relación de pareja pueden ser originados por:
- Falta de comunicación efectiva: se da cuando los miembros de la pareja no logran expresar sus pensamientos, sentimientos y necesidades de forma clara y respetuosa. Esto puede llevar a malentendidos, conflictos no resueltos y distanciamiento emocional. La comunicación abierta, honesta y asertiva en las relaciones de pareja es la base para construir una conexión profunda y satisfactoria. Un psicólogo con un enfoque sistémico (como el que encontraréis en la consulta de la psicóloga Teresa Pérez) puede ayudaros a abordar lo que se conoce como la circularidad en la comunicación. Según la psicología sistémica, la circularidad se refiere a los patrones recurrentes de interacción que se establecen entre los miembros de la pareja. Estos patrones pueden ser de tipo negativo, en los cuales se reproducen conflictos y tensiones, o de tipo positivo, en los cuales se refuerzan la conexión y la intimidad. Para salir de la circularidad (negativa), se pueden utilizar técnicas como la interrupción de patrones automáticos, el cambio de roles y la reflexión conjunta sobre las interacciones.
- Presencia de patrones de interacción disfuncionales: se refiere a la repetición de conductas negativas que generan malestar y conflicto entre los miembros. Estos patrones pueden incluir la crítica constante, la falta de respeto, la competencia constante, la evitación de conflictos o la falta de apoyo emocional. Estos patrones disfuncionales suelen estar influenciados por las dinámicas familiares de origen de cada miembro y pueden ser difíciles de cambiar sin una intervención consciente y terapéutica, puesto que estas dinámicas actúan a nivel inconsciente.
- Falta de límites claros entre los miembros de la pareja: consiste en la dificultad para establecer y respetar los límites individuales y mutuos en la relación. Esto puede manifestarse en la invasión de la privacidad, la dependencia emocional excesiva, la falta de tiempo y espacio propio o la fusión de identidades. Es importante que las parejas aprendan a reconocer y respetar los límites personales del otro, ya que esto favorece la autonomía, la individualidad y la intimidad saludable.
- Falta de intimidad y conexión emocional: La falta de conexión emocional y de intimidad en la pareja puede generar distancia y frustración, y, en ocasiones, afectar a la vida sexual. En la terapia de pareja se pueden trabajar técnicas para fortalecer la conexión emocional, mejorar la intimidad física y emocional y promover la comprensión y el apoyo mutuo.
- Problemas de confianza y celos: Los problemas de confianza y los celos pueden deteriorar la relación de pareja y generar inseguridad y malestar en ambos miembros. En la terapia de pareja se pueden trabajar técnicas para reconstruir la confianza, manejar los celos de forma saludable, y promover la transparencia y la honestidad en la relación.
- Crisis vitales y cambios en la dinámica de pareja: Las crisis vitales como la llegada de un hijo, la pérdida de un empleo o la enfermedad de un miembro de la pareja, pueden afectar la dinámica de la relación y generar estrés y conflictos. En la terapia de pareja se pueden trabajar técnicas para adaptarse a los cambios, fortalecer la resiliencia, y fomentar la colaboración y el apoyo mutuo.
- Diferencias en la libido: Las diferencias en la libido pueden causar tensiones en la relación, ya que un miembro de la pareja puede sentirse frustrado por la falta de deseo sexual en el otro y, al mismo tiempo, el otro miembro de la pareja puede sentirse presionado o culpable (emociones que disminuyen aún más la libido). Un psicólogo en terapia de pareja puede ayudar a explorar las posibles causas de estas diferencias y a buscar soluciones que sean satisfactorias para ambas partes.
Dificultades sexuales: Problemas como la disfunción eréctil, la eyaculación precoz, el dolor durante las relaciones sexuales o la falta de orgasmo pueden afectar la vida sexual de la pareja y generar tensiones. Un psicólogo en terapia de pareja puede ayudar a abordar estas dificultades sexuales de manera comprensiva y colaborativa, ofreciendo estrategias para su manejo.