La ventana de Johari: una herramienta para el autoconocimiento

«Conocer a otros es inteligencia, conocerse a uno mismo es sabiduría. Manejar a otros es fuerza, manejarse a uno mismo es verdadero poder»

Lao Tse

El ser humano es un animal gregario y cada uno de nosotros desarrollamos nuestro autoconcepto y nuestra autoestima, en gran medida, basándonos en nuestra relación con los demás y en el significado que damos al resultado de nuestras interacciones personales. Asimismo, es a través de las relaciones con los demás, y de las situaciones que afrontamos junto a otros, que nos conocemos más a nosotros mismos. Por ejemplo, todos hemos experimentado nuevas cotas de autoconocimiento tras una ruptura sentimental.

En definitiva, en toda relación humana hay una serie de intercambios: yo muestro una parte de mí y recibo una retroalimentación por parte de los demás. No obstante, existen ciertos aspectos de nosotros mismos que no mostramos a los demás y, a la vez, a veces nos sorprende la visión que otras personas tienen acerca de nosotros.

Los psicólogos Joseph Luft y Harry Ingham crearon la ventana de Johari en 1955. Esta herramienta tiene como objetivo educar nuestras emociones y fomentar el autoconocimiento a través de nuestras relaciones interpersonales. Nos ayuda, además, a descubrir la relación comunicativa interpersonal y nuestros talentos ocultos.

El filósofo Charles Handy, años después, explicó la ventana de Johari utilizando la metáfora de la casa, que ahora recupero para que explicarte esta herramienta.

Handy explicaba que el ser humano es igual que una casa con dos fachadas y cuatro habitaciones. Una de las fachadas sólo la puedo ver yo mismo, mientras que a la otra sólo pueden acceder las personas de mi alrededor. Partiendo de estos dos ejes, las habitaciones quedarían dispuestas de la siguiente manera:

  • Área pública: es la parte compuesta por aquellos aspectos o características de mí mismo que yo conozco, sumado a lo que los demás saben de mí. El área abierta aumenta o evoluciona a medida que crece el nivel de confianza en nosotros mismos y en quienes nos rodean.
  • Área ciega: formada por lo que yo desconozco de mí mismo pero que los otros sí perciben o conocen. Se trata de lo que transmito a los demás sin ser yo consciente de ello. Lo que nos dicen los otros puede ayudarnos a hacernos conscientes de los contenidos del área ciega. Esta puede abrirse paso al área pública en la medida que aceptemos la retroalimentación de los demás.
  • Área oculta: compuesta por lo que yo conozco de mí pero que los otros desconocen o no saben de mí. Es lo que sabemos de nosotros, pero que no dejamos ver a los demás. Se trata de aquello que nos resulta difícil de comunicar o que conscientemente no comunicamos por miedo al rechazo. A medida que las relación interpersonal se hace más estrecha, esta área se debería ir reduciendo.
  • Área desconocida: formada por todo aquello que yo desconozco de mí mismo y que los demás tampoco saben de mí. Esta última habitación no tiene ventanas y tampoco da a ninguna fachada, por lo que está totalmente oscura.

Según Handy, la última habitación (la correspondiente al área desconocida) es la más interesante de todas, puesto que en ella habita todo mi potencial y mis talentos ocultos, esperando a ser descubiertos. Podemos conseguir que salgan a la luz a través de un proceso profundo de autoconocimiento.

Bajo mi punto de vista, también es muy interesante fijarse en nuestra área oculta y formularnos las siguientes preguntas: ¿por qué no me muestro tal y como soy?; ¿qué resistencias encuentro?; ¿por qué temo el rechazo de los demás?; mi área oculta, ¿me hace sentir poco auténtico?…

¿Quieres asomarte a tu ventana de Johari? En este enlace puedes completar un test (en inglés) para elaborar tu ventana.

¿Quieres descubrir tus área desconocida e inconsciente? Consulta las actividades que te ofrezco para ayudarte en tu viaje a tu interior, o bien pide cita para un sesión de psicología o contratar una formación.

…Y recuerda: el viaje hacia tu área desconocida es el más exótico y apasionante de tu vida.

Referencias:

  • Fritzen, S. J. (1997). La ventana de Johari: ejercicios de dinámica de grupo, relaciones humanas y sensibilización. Editorial Sal Terrae: Santander.
  • Handy, C. (2007). La organización por dentro. Por qué las personas y las organizaciones se comportan como lo hacen. Editorial Deusto: Bilbao.